Jesús nos regala un tiempo especial de gracia a las tres horas de la tarde, como parte del oficio a la Divina Misericordia. Se trata del momento de Su agonía en la cruz, que decribió a santa Sor Faustina de la siguiente manera: Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. (…) En esta hora nada le será denegado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión… (“Diario” 1320). Para aprovechar dicha promesa de Jesús hay que rezar con confianza y acompañar el rezo con un acto de misericordia al prójimo. Jesús nos propone tres maneras de vivir la oración en la Hora de la Misericordia: rezar el Vía Crucis, adorar al Santísimo Sacramento, y si no es posible unirse a Él en el momento de Su agonía, hacerlo allí donde estemos a las tres de la tarde. En esta oración nos dirigimos a Jesús y nos referimos a los méritos de su dolorosa Pasión. Se trata de un tiempo privilegiado en el oficio a la Divina Misericordia, por lo cual la Hora de la Misericordia y la Coronilla a la Divina Misericordia se practican todos los días en todos los conventos de la Congregación. Existe la posibilidad de unirse a la oración por medio de la transmisión en línea del Santuario de la Divina Misericordia de Cracovia-Łagiewniki que está disponible en la página faustyna.pl y en la aplicación Faustyna.pl.