Un día, cuando santa Sor Faustina estaba en el cementerio conventual de Cracovia-Łagiewniki, hizo esta pregunta a las hermanas difuntas que la precedieron en el camino hacia la eternidad. Entonces recibió la siguiente respuesta: Somos felices en la medida en que hemos cumplido la voluntad de Dios (Diario 515 y 518.). Después de estas palabras, la santa se quedó considerando largamente acerca de cómo cumplía la voluntad de Dios y cómo utilizaba el tiempo de vida terrenal que el Señor le daba. Vale la pena pensar en ello, cuando en estos días visitaremos las tumbas de nuestros seres queridos. Cada cementerio oculta historias extraordinarias de personas; al mismo tiempo, nos recuerda la fugacidad de la vida humana, así como nos invita a hacer una reflexión sobre su significado y su fin. Dios, que desea la felicidad temporal y eterna de cada persona, a través de la vida de San Faustina y de sus experiencias místicas, nos recuerda con fuerza dónde está dicha felicidad y cómo lograrla.