La palabra confianza en la escuela de espiritualidad de Santa Sor Faustina define la relación del hombre con Dios, mientras que la palabra misericordia caracteriza las relaciones entrehumanas, que tienen su fuente, modelo y causa en el amor misericordioso de Dios. Jesús dijo a Sor Faustina: Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes.No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte.Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración.En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia (Diario 742).
En nuestro tiempo funcionan muchas nociones falsas de misericordia, identificadas, muchas veces, con indulgencia, compasión y eliminación de la justicia. Merece la pena, pues, presentar una idea adecuada y profundizada de misericordia que tenía Sor Faustina. Para ella la misericordia humana se relaciona muy estrechamente con la misericordia de Dios, por lo tanto está basada sobre la verdad objetiva – la palabra de Dios; supone el cumplimiento de las exigencias de la justicia que es la medida fundamental de amor y da frutos en una acción concreta. La misericordia es la flor del amor (Diario 651) o una acción del amor (Diario 651) – escribió Sor Faustina. Su vida y sus escritos manifiestan que ejerciendo misericordia al prójimo, hay que tener en cuanta, ante todo, la dignidad del hombre necesitado y después las necesidades corporales y espirituales del mismo. La dignidad del hombre, dada por Dios, ya en virtud de la creación y redención, es un valor común del necesitado y la persona que hace el bien. Ver en la persona necesitada esta dignidad dada por Dios y destacada por Cristo tiene una importancia fundamental para practicar la misericordia y es lo que diferencia la escuela personalista de misericordia de Santa Sor Faustina de otros modelos que hay en la historia de la Iglesia.
Así comprendida, la misericordia que tiene su fuente, modelo y causa en Dios y se centra en la dignidad del hombre, para Sor Faustina era un estilo de vida. No se trata, pues, solamente de esporádicos u ocasionales actos de misericordia hacia los necesitados, sino de una actitud cristiana ante otra persona, en todas sus dimensiones, actitud orientada por el amor misericordioso. Deseo transformarme toda en tu Misericordia – oraba Sor Faustina – y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo (Diario 163). Esta transformación de la vida en la misericordia significa, pues, un estilo de vida y no sólo un rasgo entre muchos otros.