La admisión de Helena Kowalska – Santa Sor Faustina – a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia fue descrita en un recuerdo por la Hna. Borgia Tichy, quien más tarde fue su superiora en la casa de Vilna.
Fragmentos de la vida de la Hna. M. Faustina Kowalska que vuelven a mi memoria se remontan al momento de su ingreso en la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. Recuerdo perfectamente ese momento – fue en Varsovia, en Żytnia 3/9 – en 1924, cuando un día, durante la recreación del mediodía, la entonces portera, la difunta Hna. Klara Himmer, entró en la sala de reuniones y anunció a la Madre General, Leokadia Cielecka, una “nueva vocación”. En respuesta, la Madre General envió de inmediato a la difunta Madre Małgorzata a la portería para examinarla. Al poco tiempo, regresó Madre Małgorzata y declaró en voz alta: “Nada extraordinario”. – “Sin atributos notables, algo mayor de edad, de complexión débil, sirvienta, cocinera de oficio, y además sin dote ni el ajuar más modesto.” Como la Madre Cielecka no era muy entusiasta con vocaciones de ese tipo, quiso rechazarla de inmediato. La superiora de la casa de Varsovia, Madre Michaela, que estaba presente, pidió ver personalmente a la candidata. Recibió permiso con agrado.
Tras un rato, al volver de la sala de visitas, la Madre Michaela declaró que, a pesar de las carencias mencionadas, la candidata le había causado muy buena impresión, por lo que propuso no rechazarla categóricamente, sino ponerle condiciones, y si las cumplía, podría volver a solicitar la admisión, con una fecha concreta.
Un año después, de forma puntual, Helenka Kowalska se presentó en la portería reiterando su solicitud. Esta vez no fue rechazada. Se quedó en Żytnia como aspirante.