Durante la ceremonia de canonización de Sor Faustina en la Plaza de San Pedro, en Roma el 30 de abril, el Santo Padre Juan Pablo II rezó así: Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la misericordia divina, ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a nuestros hermanos. Que tu mensaje de luz y esperanza se difunda por todo el mundo, mueva a los pecadores a la conversión, elimine las rivalidades y los odios, y abra a los hombres y las naciones a la práctica de la fraternidad. Hoy, nosotros, fijando, juntamente contigo, nuestra mirada en el rostro de Cristo resucitado, hacemos nuestra tu oración de abandono confiado y decimos con firme esperanza: „Cristo, Jesús, en ti confío”. Con estas palabras rezan también los apóstoles de la Divina Misericordia, implorando la potente intercesión de santa Sor Faustina.